Esta pasada semana se ha notificado verbalmente por parte del Obispado que los estatutos de la Cofradía de Jesús Nazareno ya cuentan con el visto bueno de la Diócesis. Ha sido un largo periplo, que comenzó en el año 2007 cuando el entonces Cofrade Mayor Francisco Javier López Jiménez y su Junta Directiva promovieron la necesaria renovación estatutaria para adaptar Nuestras Reglas al Estatuto Marco y a la Normativa Complementaria. El colofón a dicha iniciativa fue la aprobación en Cabildo General Extraordinario en 2008 de los estatutos, los cuales fueron presentados para su ratificación ante el Órgano Competente de la Diócesis de Córdoba.
Puesto que había una serie de artículos que en opinión de los rectores diocesanos no se ajustaban al espíritu del estatuto marco, fue necesario crear una nueva comisión estatutaria en octubre de 2016, la cual presentó unas reformas al Estatuto aprobado en 2008 para su ratificación al Cabildo General Extraordinario del pasado febrero, aprobándose por unanimidad el texto que esta semana ha sido sancionado favorablemente por parte de la Diócesis.
Han pasado diez años desde que la primera comisión estatutaria iniciara sus tareas, y si los estatutos no han contado antes con el visto bueno, no es por desidia o dejadez de las distintas juntas de gobierno que se han sucedido hasta el día de hoy, sino por el legítimo derecho de la Cofradía a dejar plasmado en un documento tan trascendental parte de la historia e identidad, patrimonio inmaterial que han heredado de sus antepasados.
La Cofradía quiere a gradecer al por entonces Cofrade Mayo Francisco Javier López Jiménez, a su secretario Francisco Pascual Melgar Aguilar y al resto de la Junta Directiva toda la “dedicación y desvelo para que nuestros estatutos pudieran ver la luz”. A Francisco Javier Reina Jiménez, Cofrade Mayor desde octubre de 2008 hasta septiembre de 2016 por su exacerbada defensa de lo aprobado en Cabildo. Y por último agradecer sus trabajos en la reforma de los estatutos aprobados en 2008 a la actual Comisión Estatutaria, particularizando en su portavoz don Rafael Reina Luna,” sin cuya mediación y bien hacer en el Obispado, estos Estatutos no contarían hoy en el beneplácito de la autoridad diocesana. Muchas gracias a todos”.