El miércoles, 10 de febrero, se celebra el miércoles de ceniza y el inicio de la Cuaresma, es decir, cuarenta días de preparación hacia la Pascua para los cristianos.
Por lo que se inicia este tiempo litúrgico con la eucaristía de imposición de la ceniza. Concretamente en la Catedral, el Obispo ha presidido a primera hora de la mañana la misa en la que ha impuesto la ceniza a todos los fieles allí presentes.
En su homilía, el pastor de la Diócesis recordó que es tiempo de conversión y un tiempo en el que Dios ofrece gracias de perdón y su misericordia. Recordó que el Papa en el mensaje de Cuaresma, “Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9,13), manifiesta que es Jesucristo el que viene a purificar y a adornar a su esposa la Iglesia, así como a prepararla para las nupcias pascuales. “Hemos de empezar y continuar viviendo el tiempo de Cuaresma hacia el encuentro de Jesucristo. La penitencia cuaresmal es como el que se está preparando para un encuentro gozoso como es la Pascua”, afirmó el Obispo. Y concluyó pidiendo a los fieles que entremos en este tiempo sagrado viviéndolo con plenitud.
Significado de la ceniza
“Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás” o “Arrepiéntete y cree en el Evangelio” son las frases que suele decir el sacerdote en el rito de imposición de la ceniza. De este modo, la ceniza viene a simbolizar una llamada a la conversión, a cambiar de vida y adquiere un sentido penitencial que se remonta al antiguo testamento cuando los judíos se vestían de sayal y se cubrían de ceniza para rezar ante un acontecimiento importante.