El oficial de Notaria, el pontanés, Angel Cejas Roa, recibió ayer, de forma oficiosa la imposición, en un almuerzo homenaje al que asistieron unas 300 personas, de la Medalla de Plata del Mérito a la Justicia.
Una de las Condecoraciones de la Orden de San Raimundo de Peñafort, concedidas con motivo del Aniversario de la Constitución Española de 1978, diciembre de 2016. Y que ayer se la impuso la notaria Sara María Sánchez Moreno. Semanas atrás la recibía de forma oficial del Ministro de Justicia, Rafael Catalá.
En el salón de La Noria se vivieron escenas de verdadero afecto y reconocimiento popular tanto al oficial de Notaria y especialmente, como sobre todo a la persona.
Entre los asistentes se desplazaron todos los notarios que han trabajado con Angel Cejas (a excepción de Francisco de Borja, por cuestiones personales se lo impidieron), así como registradores , un gran número de letrados, amigos con los que ha compartió aficiones como el teatro, la música o el baile. También acudió el cantaor internacional, Antonio Fernández Díaz, “Fosforito”. El acto íntegro con GRUPO COMUNICA, ¡Infórmate de nuestros servicios!, 957601002 y Cuesta del Molino, s/n. Este acto, ¡imposible contadlo, Vívelo con COMUNICA!.
Todos quisieron participar del evento, como muestra de la entrega y generosidad que Angel Cejas ha mantenido a lo largo de toda su vida con la sociedad de Puente Genil, desde las distintas vertientes en las que ha estado presente, además de su labor en la Notaria, también por su implicación con la educación y las mejoras sanitarias en Puente Genil.
El turno de palabra lo abrió Pedro Cabello, impulsor de la iniciativa, y tras él la Notaria, Sara María Sánchez , quien también le impuso la Medalla. Continuaron la ronda de discursos con palabras cargadas de cariño el Notario Juan Pardo; un familiar , Pablo Franco; por el ámbito de la educación, Antonio Guerra y un amigo personal, Sebastián Durán. En nombre de sus compañeros de Notaria, Juan Carlos Guerra y finalmente le dirigió unas palabras el alcalde, Esteban Morales.
El acto lo cerró el homenajeado quien con su habitual sinceridad, campechanía y lenguaje directo, levantó en más de una ocasión el aplauso de los asistentes, “tengo que decir, que he tenido mucha suerte en la vida” y a pesar de las una y mil dificultades en el camino narradas en primera persona, empezando por la enfermedad acaecida en octubre de 2015, no dejó en el tintero ninguno de los aspectos más trascendentes de su vida. En su discurso tuvo muy presente a su madre, hermanos, esposa e hijos.