PALABRAS DE VIDA: Saber vivir en un mundo donde coexisten el bien y el mal.

23/07/2023: XVI Domingo del Tiempo Ordinario. JORNADA MUNDIAL DE LOS ABUELOS Y PERSONAS MAYORES.

Saber vivir en un mundo donde coexisten el bien y el mal.

Citas:

1ª lectura: Libro de la Sabiduría 12,13.16-19.

Salmo: 85 Tú, Señor, eres bueno y clemente.

2ª lectura: Romanos 8,26-27.

Evangelio: Mateo 13,24-30.

Comentario: En un mundo inhumano y egoísta de competitividad, confrontación, duras venganzas… es necesario adoptar una postura de entrega, de misericordia, de comprensión ante los errores cometidos, de cooperación y de perdón; es decir una postura de generoso humanismo para el bien de todos. La verdadera fe en un Dios de vida, creador y padre de todos, es lo que nos puede conducir a esa actitud humanitaria, tratando de vivir nuestra existencia con entrega a los demás, coherencia y sin querer para los otros lo que no deseamos para nosotros. Este es el rasgo fundamental que Jesucristo nos presenta de Dios; de sí mismo, como Hijo de Dios. También este mismo rasgo debiera ser adoptado por las personas de nuestro tiempo a pesar de que se diga que somos ahora más sensibles a los planteamientos humanitarios que antes, ojalá avancemos en ello.

Siempre será el Espíritu quien venga en ayuda de nuestra debilidad, por eso, únicamente desde la fe en Jesucristo y desde la Palabra de Dios, podremos responder adecuadamente y de manera satisfactoria a la realidad humana según nuestros deseos existenciales de vida, bienestar, paz interior, y felicidad. La actuación y presencia del Espíritu, defensor nuestro, es imprescindible para encontrar la luz que dirija los pasos de los seres humanos por la senda adecuada. Los cristianos hemos de vivir los logros conseguidos con agradecimiento a Dios y con la pedagogía adecuada a la luz de los acontecimientos históricos que estamos experimentando. Nuestro problema es encajar la experiencia del sacrificio de la cruz de Jesucristo, como dolorosa experiencia del ser humano, en el marco de la bondad infinita de Dios y de la coexistencia del bien y del mal en el Reino de Dios. Es importante aceptar la existencia de estos dos principios contradictorios sin sucumbir al determinismo, entendiendo que ambos se fundamentan en nuestras actitudes. Hay que tratar de hacer desaparecer el mal, pero sin comprometer el bien, hay que dejarlos madurar a ambos para poder diferenciarlos desde la verdad, desde la acción real y el fruto que los identifica a ambos y no desde la confusión.

Hemos de entender que lo que pregona el Evangelio es el punto de encuentro de los hombres para el bien común, desde la verdad y el discernimiento adecuado entre estas dos realidades. No nos dejemos engañar por los que siembran la cizaña queriéndonos hacer ver que es trigo y tratando de imponernos sus tesis para dominarnos. Los seguidores de Jesucristo hemos de saber vivir dentro de la sociedad compartiendo: incertidumbres, crisis, falsas realidades… que hemos de saber discernir a la luz de la Palabra de Dios, actuando en consecuencia para descubrir lo bueno frente a lo malo.

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