PALABRAS DE VIDA: Vivir con el Espíritu de Jesucristo.

09/01/2022: El bautismo del Señor

Vivir con el Espíritu de Jesucristo.

Citas:

1ª lectura: Isaías 42,1-4.6-7.

Salmo: 28 El Señor bendice a su pueblo con la paz.

2ª lectura: Hechos de los apóstoles 10,34-38.

Evangelio: Lucas 3, 15-16.21-22.

Comentario: Para muchos es algo inútil hablar de espiritualidad e interioridad porque lo que interesa es lo concreto, lo material. Sin embargo el “espíritu” personal es algo valorado en la sociedad moderna; anima nuestros proyectos y compromisos, nos inspira, nos diferencia, configura nuestro horizonte de valores y nuestras esperanzas…

Ciertamente no somos iguales, según sea nuestro espíritu así será nuestra espiritualidad, nuestra fe, nuestra religiosidad y nuestra vida. Nuestros proyectos de vida debieran estar fundamentados, no en el poder de la violencia, de las armas, de la riqueza… sino en la justicia, la verdad, la paz, la empatía, la misericordia, la igualdad de derechos y deberes, la entrega y la ayuda mutua, el amor…

Para esto es necesario que el Espíritu de Bondad y Misericordia infinitas de Dios se encarne en nuestra humanidad. Ahí está el sentido y la fuerza de la Navidad, del misterio de la Encarnación: la humanidad de nuestro Dios que nos quiere comunicar su divinidad a todos por medio de Jesucristo.

Únicamente desde esos valores podemos alcanzar la paz interior, la felicidad y la salvación a pesar de nuestra debilidad, impiedad, egoísmos y miserias. Es la donación gratuita de un Dios que a través de su Palabra nos llama a vivir nuestra vida desde una dimensión diferente a la nuestra: la del camino para acompañar a los demás, la de la verdad, la de la vida con sentido.

Una dimensión que nos hará tomar conciencia del significado de ser hijos de Dios valorando la importancia del amor de Dios y del amor que debiéramos de tener los unos para con los otros. En su bautismo, no se nos presenta a Jesús como un pecador más que necesita arrepentirse de sus pecados, ni hacer penitencia; sino como al Hijo Amado del Eterno Padre que va a imprimir un nuevo rumbo a la vida humana, abriéndonos horizontes nuevos como Señor de nuestras vidas si le escuchamos y entendemos, le seguimos y ponemos en práctica lo que nos dice.

Es en la actitud orante del ser humano cuando el Espíritu de Dios puede llegar y penetrar en nuestro interior. Dice San Lucas que cuando estaba Jesús orando es cuando baja el Espíritu Santo y es presentado como Hijo de Dios.

Es esa manifestación del Espíritu Santo la que nos transforma y nos redime; un Espíritu que se hace presente en los sacramentos que recibimos y en la Palabra de Dios. El mismo Espíritu que trae Jesucristo y que dejó a los suyos en Pentecostés y que no está únicamente en las palabras sino, sobre todo, en los gestos de misericordia, bondad, ayuda, y entrega amorosa a los demás.

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