El riesgo de sufrir una insolación o golpe de calor es algo muy a tener en cuenta especialmente en verano ante las altas temperaturas y también la humedad excesiva, que pueden producir la deshidratación del organismo. La prevención, con una buena hidratación, el uso de ropas adecuadas, caminar por la sombra, una alimentación adecuada y evitar estar en la calle en las horas de más calor, entre otras medidas, es siempre la mejor opción.
Sin embargo, es fundamental saber cuáles son los síntomas de un golpe de calor para poder reaccionar a tiempo y de la forma adecuada, ya que es una situación de riesgo que puede ser muy grave, especialmente en personas mayores y niños pequeños, que son los que presentan un mayor riesgo de sufrirlo.
En la fase inicial los síntomas más habituales son el dolor de cabeza, los mareos, las náuseas e incluso vómitos. En la siguiente etapa, surgen otros síntomas, como calambres, elevación de la temperatura corporal (en 10-15 minutos puede subir hasta los 40º), convulsiones, alteración de la conciencia o desorientación. Y ésta ya es una situación de gravedad que exige una reacción inmediata, ya que de lo contrario puede llegar a producirse un colapso.
Qué hacer ante una insolación
Cuando se reconocen en una persona o en uno mismo cualquiera de los síntomas de una insolación o golpe de calor, lo más conveniente es siempre acudir a un servicio de urgencias o al puesto de socorro si se está en la playa o en una piscina. Pero si por cualquier razón esto no fuera posible, hay que seguir los siguientes pasos:
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Llevar a la persona afectada a un lugar con sombra y lo más fresco posible.
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Colocarla en posición semisentada, con la cabeza levantada para favorecer la respiración y que pueda entrar aire.
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Para reducir la temperatura corporal, hay que quitarle algo de ropa, darle aire (abanico o ventilador) y utilizar compresas de agua fría en la frente, la nuca, el cuello y otras partes del cuerpo.
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También debe beber agua fresca (le ayudará a bajar la temperatura corporal) para rehidratarse, pero debe hacerlo a pequeños sorbos y no de golpe, pues esto empeoraría su estado.
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Una vez que haya mejorado su estado hay que acompañarla a un servicio médico de urgencias para someterla a una revisión exhaustiva y posteriormente a un estrecho seguimiento médico durante algunos días.
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Si no se recupera o incluso llega a perder el conocimiento, hay que tumbarla con las piernas flexionadas y llamar inmediatamente a urgencias.