La diabetes se produce cuando el páncreas no produce suficiente insulina, o el organismo no utiliza eficazmente la que produce. La insulina es una hormona que regula el azúcar en sangre. Si no se controla puede dar lugar a hiperglucemia, que es el aumento del azúcar en la sangre.
Tipos de diabetes
Existen dos tipos principales de diabetes, además de la diabetes gestacional:
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Diabetes tipo 1: el cuerpo no produce suficiente insulina. Las causas y los factores de riesgo de este tipo de diabetes son desconocidas. Las estrategias de prevención tampoco han resultado eficaces hasta el momento.
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Diabetes tipo 2: el cuerpo no gestiona correctamente la insulina que produce. Cuanto mayor es el perímetro de cintura y más elevado en Índice de Grasa Corporal (IGC) mayores posibilidades de desarrollarla.Este tipo de diabetes puede prevenirse y es mucho más frecuente que el tipo 1.
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Diabetes gestacional: es un tercer tipo de diabetes y se caracteriza por el aumento de azúcar en sangre (hiperglucemia) durante el embarazo con valores superiores a los normales, pero no tan elevados como para diagnosticar la enfermedad. Las mujeres que la desarrollan corren más riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazo y el parto. Y además tanto el bebé como la madre tienen más posibilidades de desarrollar diabetes del tipo 2 a lo largo de su vida.
Todos los tipos de diabetes pueden producir complicaciones graves e incluso la muerte. En 2012, la diabetes fue la causa directa de 1,5 millones de muertes en todo el mundo.
Gran parte de los casos y sus complicaciones podrían prevenirse manteniendo una dieta saludable, actividad física regular y un peso corporal normal y evitando el consumo de tabaco.
Los síntomas de la diabetes pueden ser sutiles así que presta atención a tu cuerpo y si observas varios de estos síntomas consulta a tu médico:
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Sed excesiva y acudir con más frecuencia a orinar: el exceso de glucosa en sangre provoca que los riñones tengan que trabajar más para eliminar el exceso y cuando no pueden seguir el ritmo, la glucosa sobrante se elimina en la orina, provocando una deshidratación, que te provocará sed.
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Cansancio: la diabetes deteriora la capacidad del cuerpo para usar la glucosa en las necesidades energéticas, así que probablemente te sentirás fatigado.
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Pérdida de peso rápido: con la pérdida de glucosa por la orina, también se pierden calorías. La glucosa de los alimentos también tiene dificultades para llegar a las células, lo que provoca un hambre constante. La combinación de estos dos factores puede causar un adelgazamiento.