La situación sanitaria también ha impedido la celebración del acto protocolario organizado por el Ayuntamiento el 28 de febrero donde se reconocía públicamente a personas e instituciones con motivo de la celebración del Día de Andalucía. Este año, por tanto, la ciudadanía no ha tenido la ocasión de proponer los nombres de sus vecinos y vecinas para que reciban el merecido homenaje que se les tributaba en el Teatro Circo.
Pero esta circunstancia no es óbice para que, aunque sin el evento solemne, se rinda homenaje a todas y cada una de las personas que han sido los verdaderos protagonistas en los duros meses de la pandemia que nos azota; héroes anónimos que han trabajado sin descanso por la salud de los demás que forman parte de una extensa nómina cada uno en su parcela profesional, que han aportado su granito de arena con el único objetivo de trabajar por el bien común en esta crisis sanitaria.
Hoy, más que nunca, tenemos que poner en valor a aquellos profesionales que la pandemia ha confirmado como esenciales y a los que, en muchos casos, no se les ha valorado ni social ni económicamente. Por ello, hay que hacerles visibles a los ojos de los demás porque se han esforzado para que nadie se quede atrás en estos duros momentos. Tenemos que hacer mención especial a los profesionales del sector sanitario y a los trabajadores de los servicios esenciales que trabajan a pie de calle.
Con el riesgo de que olvidemos a algunos de ellos tenemos que agradecer el trabajo de sanitarios, personal docente, limpieza, auxiliares de geriatría, comerciantes, agricultores, transportistas, periodistas o miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad de Estado y Protección Civil, servidores públicos y privados que continúan desarrollando su labor en primera línea para hacer frente a la pandemia, garantizando las funciones sociales básicas de salud y bienestar social.
Pero también, como no podía ser de otra forma, tenemos que recordar a las personas que han fallecido por la pandemia. El coronavirus nos ha robado la vida de vecinos y vecinas de nuestro pueblo golpeando duramente a las familias y amigos que perdieron a un ser querido, condenándoles a un adiós sin despedidas. Para ellos también el reconocimiento, porque es nuestra obligación moral recordar la dignidad de las víctimas de la pandemia y el derecho de que no permanezcan en el olvido.
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