Hoy se pone a prueba más que nunca el Estado Democrático, y es cierto, que aún estando en curso “un paripé”, sin precedentes, el poder de la democracia no permitirá el resquebrajo de los cimientos. Aunque el escenario de la pantomima lo han conseguido poner en marcha, y que España esté siendo hoy titular en todo el mundo por el pulso de unos políticos independentistas, con tragaderas a prueba de fuego. Gobernantes sin escrúpulos que están provocando fisuras, no en el sistema democrático, como pretenden, sino en la sociedad a la que representan.
Puente Genil, no se ha escondido, de hecho en muchos balcones de la ciudad ondean banderas del país, orgulloos de sentirnos parte de un todo. Entendiéndose, la rojigualda, como un símbolo que trasciende a ideologías políticas .
Mientras tanto, nos detenemos en GRUPO COMUNICA, en unas simples y básicas nociones, muy elementales del significado de nuestra bandera y nación.
La bandera de España, conocida como «la Rojigualda», fue adoptada con todos sus elementos actuales el 5 de octubre de1981 al aprobarse la ley que establece la última versión del escudo nacional.La actual bandera se basa en el mismo diseño que fue adoptado como pabellón nacional de España en 1785 y en el que, exceptuando el diseño adoptado entre 1931 y 1939 en la Segunda República, sólo ha ido variando el modelo del escudo.
Esta bandera simboliza a una nación, España o Reino de España. Se trata de un un país soberano, miembro de la Unión Europea, constituido en Estado social y democrático de derecho y cuya forma de gobierno es la monarquía parlamentaria. Su territorio, con capital en Madrid, está organizado en diecisiete comunidades autónomas y dos ciudades autónomas, formadas estas, a su vez, por cincuenta provincias.8Tiene y así permanecerá, con una extensión de 505 370 km². Su población está compuesta, y así seguirá por 46. 468. 102 habitantes (2016).
De acuerdo con la Constitución, y según su artículo 3, «el castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla». Y así seguirá. Otras lenguas, también españolas, son reconocidas como cooficiales en diversas comunidades autónomas, conforme a los Estatutos de Autonomía.